viernes, 29 de noviembre de 2013

Diario congelado


A lo Bridget Jones mi parte semanal:

Kilos perdidos: menos de 0.5 (desastre: explicación en confesión*), seguidores en Twitter 2.210 (pero si no conozco tanta gente...), amigos en Facebook: 2.527 (otra incógnita), solicitudes de poetas: 11 (son muy peligrosos), señores desconocidos sin foto en el perfil que me siguen y me mandan mensajes por el chat: 2, whatsapp recibidos: la torta, vídeos tontos recibidos por whatsapp: la torta... El más divertido: uno de miedo sobre el anuncio de la lotería de Navidad. Monserrat Caballé está terrorífica.

Copos de nieve recogidos en pequeño guante de lana verde camino al cole: 2, Inhaladores utilizados: 2 al día, aerosoles; 2 al día, efectividad contra el asma bronquial por frío: 0, fiebre: 37.2º hace un ratito, vacunas de la gripe: 0,  tiempo de espera en centro de salud: 2 horas. Estado de ánimo: a ratos me ahogo y otros no tanto...

Operarios que han venido a arreglar calefacción esta semana: 3 (Sospechoso. Esta vez no me han pillado en bata japonesa y camisón de flores). Conclusión: el radiador tiene burbuja de aire y ya se irá ella sola?? (typical comentario de operarios españoles que no tienen ni idea...).

Días con insomnio a partir de las cuatro de la mañana: 2. Días con insomnio que he dado vueltas en la cama por no levantarme con el frío congelado nocturno: 2. Pies congelados al intentar salir de la cama: 2. Número de vueltas: 2322 más o menos.

Noticias recibidas: 1 que no siendo buena sin embargo es positiva (objetivo tirar hacia delante que para detrás ni para tomar impulso...), miradas acumuladas: 1 muy intensa, correcciones de libros: 2, redacción de artículos: 8.

Libros leídos: 1 (Bridget, Bridget y más Bridget), libros recibidos: 12, cuento de la semana: 1 (extraordinario pero muy muy complejo, va de pájaros), serie televisiva de la semana: El tiempo entre costuras (me encantan las miradas entre Sira y el comisario. Como en el libro no me creo mucho el tema del espionaje madrileño a mujeres de mandos alemanes a tracés de las chicas que toman medidas...), libro más odiado de la semana: el de Belén Esteban, sus ventas y los comentarios sobre el mismo a favor y en contra (duda personal: ¿se traducirá a otros idiomas o es un caso typical spanish? ¿Interesará a las lectoras alemanas o lejos de nuestras fronteras nadie sabe quien es esta señora tan pesada? Pelín de vergüenza... ).

*Confesión: esta tarde he atacado a una caja de galletas de chocolate. Tabletas de chocolate: 0 (estoy orgullosa de mí misma).

Veces que he escuchado 90 minutos de India Martínez: unas 300 en bucle. Los Martínez y los Fernández estamos unidos por nuestros apellidos anodinos. Mientras escribo, mientras me ducho, mientras me visto, mientras me pongo los calcetines... Numerosos gallos pero lo intento (cuando no me ahogo claro. Lo de "he abierto mis ojos cancelando mis enojos" y lo de "aprovecho y me cuelo enredándote en mi pelo" lo bordo). El vecindario: asustado.

Ideas para una novela seria: 1. Inspiración: la máquina de coser de Sira Quiroga y la calle Corrida de Gijón. Posibilidades de escribirla: pocas por ahora. 



domingo, 24 de noviembre de 2013

El nuevo libro de Bridget Jones me reconcilia con el mundo…




Llevo una temporada enfuruñada… Por unas cosas, por otras…  Enfuruñada, muy enfuruñada… Crisis, paro, injusticias, médicos,  frío, recortes, lumbalgia, tonterías varias… Vamos un panorama bonito tras el verano.

Pero el otro día cayó en mis manos el último libro de Bridget Jones Loca por él. Al principio me enfadé: ¿pero cómo puede Helen Fielding cargarse a Mark Darcy? Por Dios, ¡qué catástrofe para sus incondicionales lectoras! Porque para mí y seguro que para muchas otras lectoras Mark Darcy era el hombre perfecto para las cabezas locas como Bridget: tranquilo, reposado, decidido, un caballero… Pero también lo que tanto nos molesta: insensible, altivo, frío, poco expresivo… Ese hombre que dobla los calzoncillos antes de acostarse (una costumbre que ataca nuestros nervios).


Leo el capítulo en el que el profesor del hijo de Bridget después de echarle una charla, le da un papel advirtiéndole que el niño tiene piojos y me reconcilio inmediatamente con el mundo. Así de simple. Bridget corriendo para llevar a los niños al colegio, Bridget eliminando piojos y liendres de pelos, sábanas y almohadas, Bridget confesándole a su novio de 30 años que hay piojos, polillas y hormigas en su casa, Bridget sola recogiendo los vómitos de sus hijos con gastroenteritis por la noche, cambiando sábanas a las tres de la mañana…  Y me doy cuenta de que Bridget madre es mucho más parecida a mí que Bridget soltera (excepto en que yo no pruebo el alcohol y ella cuando puede se pone ciega…). Bridget Jones madre se desvive por sus hijos, les adora... Aquella mujer que soltó a Mark Darcy: "No sé esquiar, no hablo latín, mis piernas llegan hasta aquí (muy cortas) y sí, siempre voy a ser un poco gordita". Ya no solo vamos a ser siempre "un poco gorditas" y no sabremos esquiar sino que Bridget madre también es un caos desbordado y constante. Inmediatamente me solidarizo como supongo que todas las madres lectoras del libro.

En un país en el que Ambiciones y reflexiones de Belén Esteban arrasa en las librerías (atónita escucho que está ya escribiendo la segunda parte y que está contando lo que no ha largado en la tele en todos estos años…), en el que se quitan las letras del letrero del Teatro Fernando Fernán Gómez coincidiendo con el aniversario y luego se vuelven a reponer a las pocas horas (imprescindible leer el artículo de Elvira Lindo Nuestro Fernando), en el que algunos se sorprenden porque la gente no se acostumbra nunca a estar en paro eternamente ¿?, en el que todo el mundo habla de política y economía sin tener mucha idea (yo la primera la verdad) y en el que proliferan los tertulianos televisivos que saben de todo…, leer como Bridget Jones sale del lado oscuro en el que le ha dejado la vida tras la muerte de Mark Darcy tengo que reconocer que me reconcilia con el mundo. Un soplo de aire fresco. 

Solo espero que en las más de trescientas páginas que me quedan por leer del nuevo libro aparezca de nuevo el canalla Daniel Cleaver y el mundo vuelva a ser el mundo por unas horas y yo por un tiempo deje de estar enfurruñada ;). 

Y nada, os dejo hasta la próxima que tengo que bajar a buscar una tienda en domingo que no tengo fideos para la sopa de cocido...

Nota: Un día de estos dedicaré un post a los piojos, esos grandes desconocidos que viven entre nosotros... Y pronto mi post contra que la Navidad dure ahora dos meses...